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Varias empresas que prestan servicios de criptomonedas en Irlanda han tenido que dejar de operar luego de que los bancos locales negaran sus servicios al sector, reportó The Irish Times.

Mientras que algunas startups afirman haber sido apartadas del sistema bancario otras alegan que nunca fueron permitidas abrir cuentas bancarias en el país.

Una de estas empresas, Bitcove, con sede en el Condado de Cork, dijo que se sentía particularmente agraviada por la situación, ya que había sido galardonada anteriormente con el premio al "mejor emprendimiento empresarial" patrocinado por el Banco de Irlanda.

"Las razones citadas han sido que no apoyan a las empresas que ofrecen servicios de intercambio de criptomonedas a pesar de que previamente nos habían dado una cuenta justamente para ese propósito", dijo Peter Nagle, fundador de Bitcove, al periódico irlandés.

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"Particularmente decepcionante fue el Banco de Irlanda. Participamos en el proyecto Ignite para emprendedores, que cuenta con el respaldo del banco. Nuestro negocio y su progreso eran revisados mensualmente por un panel que incluía representantes del Banco de Irlanda. Al final del concurso Bitcove ganó el premio, pero unos meses después nuestras cuentas fueron congeladas y finalmente cerradas", agregó Nagle.

Eircoin, uno de los primeros corredores de bitcoin de Irlanda, cerró en abril con su cofundador Dave Fleming diciendo: "Estamos siendo cerrados debido a un sistema bancario negligente y defensivo".

En una breve declaración, el Banco de Irlanda dijo que no proporciona servicios bancarios a las plataformas de intercambio de criptomonedas, aunque añadió que no impide a sus clientes realizar transacciones con monedas virtuales.

Un estudio realizado por analistas de Amarach Research y Red Flag reveló recientemente que el número de personas en Irlanda que actualmente poseen criptomonedas es de alrededor de 120.000, o 2,5% de la población. La cifra supone un aumento del 300% en un periodo de cuatro años.

Sin embargo, las medidas tomadas por los bancos locales amenazan con reducir la creciente adopción de la tecnología en el país.