Descentrología y Bitcoin


¿Cuál es el impacto que la descentralización podría tener en nuestra sociedad? El Presidente la ONG Bitcoin Argentina analiza el tema y comparte su visión.
Por Rodolfo Andragnes
Presidente ONG Bitcoin Argentina
La más importante revolución detrás del Bitcoin y la Blockchain, es que muchísima gente ha comenzado a cuestionarse el impacto que podría tener la descentralización en nuestra sociedad, y es dicho potencial el que motiva espontáneamente casi todas éstas personas a promover y difundir en forma activa éstas herramientas.
Aunque a prima facie el tema de la descentralización parece irrelevante, la misma toca dos cimientos centrales de la construcción de nuestra sociedad y por consiguiente de nuestras relaciones que son: la búsqueda de eficiencia y la construcción de confianza. Es allí donde surge lo que yo llamo la Descentrología, como el estudio del impacto de la descentralización en la sociedad y en la naturaleza, en la evolución y su relación con la axiología, la entropía y la toma de decisiones.
La descentrología en la naturaleza
Ante todo partimos de que el universo es caos, y que el caos es anarquismo y descentralización, pero que existen condiciones naturales para que éste caos, dentro de su libertad, se alinee y que de por resultado construcción.
Aunque parezca simplista, en su más pura esencia podemos reducir casi todo a la preservación y consecución de energía, así como un sistema orgánico está concebido para poder adquirir y convertir energía en alimento, la energía es sinónimo de vida y la búsqueda de subsistencia es el estado natural más puro del ser y de un individuo. Por ello valoramos lo que nos aporta energía.
Esta consecución energética conlleva un costo por lo que a menor esfuerzo y mayor resultado, mayor es la tendencia natural a adoptar éste nuevo estado. De éste modo, los seres vivos evolucionan naturalmente hacia estos puntos de mayor eficiencia según sus propios contextos.
Pero así como la descentralización es natural y la “búsqueda individual” de energía es la regla, la eficiencia es el punto en común a todo y, los conjuntos, son su consecuencia pues “dos” producen más o mejor que “uno”. Es por esto que podríamos decir que la centralización o concentración es también un estado natural y preferente de la materia.
Así, definimos que si toda evolución, persigue una obtención energética positiva y la eficiencia sería la clave, la naturaleza ésta regida por una especie de “Ley del menor esfuerzo”.
La descentrología en las sociedades
Pero qué pasa cuando movemos éste concepto fuera de la naturaleza y lo traemos una sociedad. Las sociedades y sus construcciones son también el resultado natural de una descentralización, donde el amor de otro nos nutre y nos da abrigo, donde un gobierno reduce nuestra necesidad de tomas de decisiones o defensa ante otros, donde un hogar nos protege, un trabajo nos dignifica, etc.
Claro que en nuestra libertad y anarquismo natural se puede optar por ser ermitaño y vivir en un bosque pero, salvo excepciones, la mayoría buscará concentración. A pesar de ello, las razones de ambos escenarios tienen la misma raíz como veremos en la fórmula final.
Pero antes, es importante entender que el ser humano, a diferencia de algunos otros seres vivos, tiene noción del tiempo y de que todo tiempo futuro implica riesgos a diferencia de que todo tiempo pasado implica aprendizaje o conocimiento. A esto se le suma la capacidad de transmitir más allá de la efímera palabra, permitiendo transmitir conocimiento y sobre estos, tomar nuevas decisiones. Y es éste conocimiento el que nos brinda la confianza para la toma de decisiones futuras. Así, una marca comercial tiene valor por la confianza que haya construido con el tiempo.
Hay que aclarar que la energía en el ser humano tiene diversos niveles de satisfacción (Pirámide de Maslow), dando cierta “energía” por ejemplo, el comer, el que me vean usando una marca, o el que me den likes en Instagram, el ayudar a otros a pesar del esfuerzo propio, etc.
Todo esto le da el carácter de subjetivo a todo valor y nos hace diferentes en nuestras decisiones ya que el grado de conocimiento, el índice de confianza, la utilidad esperada y el costo percibido son distintos en cada individuo, así es como el ermitaño valora diferente el estar sólo y sopesa diferente el costo que le representa vincularse con gente, o como 20 mil pesos para quien trabaja un mes para obtenerlos no representan el mismo costo que para uno que los produce en tan sólo 1 hora, aunque sí la misma oportunidad.
Así, todas nuestras relaciones sociales se basan en la experiencia, pruebo a conocer a alguien y si me da más que el esfuerzo invertido, sigo; pruebo a votar a alguien y si no me defraudó o temo más del costo de poner a otro, sigo -¿les suena “más vale malo conocido, que bueno por conocer”?-; o inclusive respeto una ley mientras el costo de hacerlo no sea mayor al costo posible de transgredirla, pero si por respetar una ley pongo en riesgo a mi familia -como en Venezuela-, asumiré el costo de transgredirla con la expectativa de que no me pase nada o porque valoro mi vida menos que la de mis hijos.
Y ésta condición del tiempo es también la que nos permite hacer o valorar esfuerzos hoy que implican agotamiento o mayor costo que su retorno directo, pero por la expectativa de un mayor beneficio mañana, como estudiar, trabajar, ir al gimnasio, pelearme con mi pareja, etc. Pero siendo el tiempo, y la energía a consumir bienes escasos, ante dos opciones se analiza cual ofrece mejor retorno sobre la inversión.
Entonces, la concentración sería natural si reduce nuestra demanda de energía dando un resultado positivo, pero la clave está en tener herramientas que faciliten la redistribución de ese poder o concentración en otros cuando el costo sea negativo.
La descentrología y el Bitcoin
Pero qué tiene que ver esto con Bitcoin podrás preguntarte, pues todo ya que éste trae al mundo un modo de eliminar intermediarios en la construcción de confianza, aportando eficiencia en la certificación de los hechos y reduciendo los costos de redistribuir el poder de ser necesario. Y esto, que aplicó para desarrollar una moneda sin emisor central, la blockchain aplica a todo tipo de relación basada en confianza, reduciendo la necesidad de intermediarios, certificando al vuelo y sin costo los hechos.
Como toda relación humana se basa en la confianza, el potencial alcance de esto, como el del internet mismo al eficientizar la comunicación, es lo que maravilla a sus defensores y los pone a pensar en sus impactos futuros.
Al aumentar la confianza en todas las ecuaciones, y reducirse el costo de migrar de opción, aumenta el valor percibido en la sociedad y aporta mayor certeza a las decisiones, pero también obliga a repensar la forma en que se construyen las sociedades alrededor de organizaciones centralizadas que proveen confianza, abusando de un poder difícil de redistribuir, basándose en promesas inverificables, permitiendo políticas emisionistas variables, etc.
Finalmente, la descentrología nos invita a reflexionar… “Si todo fuera transparente y visible”… ¿cómo evolucionamos como sociedad para aceptar el error del otro y dar nuevas oportunidades, o para entender que decisiones diferentes no son errores, o que ciertas cosas implican esfuerzos hoy para aspirar juntos a beneficios en el más largo plazo, etc?.
Y aquí radica la relevancia de estudiarla, ya que aunque empecemos cambiando de a una realidad a la vez, si no somos capaces de eso, no seremos conscientes del valor destruido al depositar nuestra libertad y confianza en terceros, por el riesgo de volver al caos.
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